Te has subido a ese avión con los ojos llenos de ilusión, pero cuando llegas a tu destino después de varias horas, apenas puedes abrirlos por el cansancio y la fatiga del vuelo. Y si además viajas a otra zona horaria, al llegar, tu organismo se siente despistado. ¿Tocaba dormir y es de día? ¿O tu cuerpo está activo y donde estás es de noche?
Encontrarse en esa situación nos deja desorientados porque nuestros cuerpos sufren el conocido jet lag, el desequilibrio que se produce entre nuestro reloj interno (que marca los periodos de sueño y vigilia) y el horario del lugar al que llegamos. Este reloj tarda unos días en volver a ajustarse, pero siguiendo estos consejos, podemos ayudarle a lograrlo un poco antes. ¡Toma nota!
-Unos días antes del viaje, prueba a adaptarte al nuevo horario, comiendo un poco antes -o un poco más tarde-, en función de tu destino.
-La noche antes del vuelo, procura dormir más de ocho horas para asegurarte un buen descanso.
-Sigue, en la medida que sea posible, el horario de tu lugar de destino una vez estés en el avión.
-Evita el alcohol y la cafeína
-Bebe abundante agua; aunque hay quien no lo nota, en la cabina del avión hay una elevada sequedad ambiental y necesitas estar hidratado.
-Toma un suplemento a base de melatonina para aliviar la sensación subjetiva de desfase horario (jet lag). El primer día de viaje, 1 comprimido por la noche, antes de acostarse; después puedes repetir la toma durante varias noches hasta que te adaptes al nuevo horario.
-Una vez alcanzado tu destino procura adaptarte cuanto antes a los horarios locales de comidas y sueño.
Sigue estos consejos y combate así este molesto jet lag: ¡que nada te arruine el inicio de las vacaciones!