El potasio es un mineral esencial para el funcionamiento de todas las células del organismo. Además, interviene en la transmisión de los estímulos nerviosos y en los movimientos musculares. Junto con el sodio y el cloro, también regula el equilibrio de los líquidos y la presión sanguínea.
Los alimentos ricos en potasio son muy habituales en las dietas equilibradas: plátanos, legumbres, frutos secos, cacao, patatas, fruta fresca, verduras de hoja verde, etc. Por eso, en condiciones normales, es poco frecuente sufrir una carencia o un exceso de potasio: el organismo tiene una buena capacidad de auto-regulación de los niveles de este mineral a partir de nuestra alimentación cotidiana.
Sin embargo, en el caso de los deportistas, el asunto tiene otra dimensión. Las personas que realizan ejercicio físico “gastan” mucho potasio, debido a su intenso trabajo muscular y a la abundante sudoración. Y si falta potasio, empieza la pérdida de fuerza muscular, la disminución de los reflejos, la aparición de calambres, etc.
Es por ello que, con frecuencia, se aconseja a las personas que practican algún deporte (especialmente si requiere un esfuerzo intenso y prolongado que implique una gran cantidad de sudoración) que complementen su alimentación con un aporte extra de potasio, muchas veces acompañado de otros minerales como el sodio, el magnesio o el calcio. ¡Y a seguir!