Por culpa de la concentración en las actividades laborales, el estrés y las preocupaciones, a menudo descuidamos proteger nuestra salud, y un ejemplo típico de nuestra sociedad en este aspecto es no adoptar una buena higiene postural en el trabajo.
Problemas derivados de una mala postura
El entumecimiento de algunas zonas del cuerpo o los dolores de espalda y cuello son los principales síntomas de que no estamos manteniendo la postura correcta mientras trabajamos, pero a la larga estas afecciones por falta de empatía con nuestro propio cuerpo, sometido a tensiones y estrés, puede acabar derivando en lesiones más graves y complicadas de curar, tales como:
Cervicalgia: se presenta con síntomas de hormigueo y entumecimiento en el cuello y la cabeza, afectando al bienestar y el equilibrio. Es consecuencia directa de una mala postura mantenida durante un periodo prolongado de tiempo y de falta de energía por cansancio y estrés.
Dorsalgia: a veces pasa inadvertida al camuflarse como un simple dolor en la espalda, pero en realidad es una dolencia producida en la columna vertebral, causada por tensión mal distribuida. Puede ampliar su zona de influencia por la espalda, los costados y hasta el pecho.
Tortícolis: se produce por la inflamación de los nervios cervicales, y se caracteriza por ser dolorosa y paralizante. Se trata de una afección incómoda y que precisa de reposo.
Consejos para una buena higiene corporal en el trabajo
Como el propio Instituto de seguridad e higiene en el trabajo recomienda, si trabajamos sentados lo ideal es mantener la espalda recta y nivelar la mesa hasta la altura de los codos, para lo que también podemos adecuar la altura de la silla, en torno a unos 25 centímetros por debajo de la mesa. Sí por condiciones excepcionales nuestros pies no llegan a tocar el suelo, podemos usar un reposapiés que nos ayude a estar cómodamente sentados.
También es recomendable cambiar de postura cada cierto tiempo, y descansar estirando las piernas dando un paseo para evitar dolores por tensión que generan rigidez.
Los ejercicios de relajación muscular son una de las medidas más rápidas y efectivas para reanimar tus músculos después de un rato trabajando, flexionar nuestro cuerpo por la cintura, realizar giros lentos pero largos con la cabeza y el cuello, estirar bien los brazos de hombro a hombro…etc.
Además de los descanso y los estiramientos, podemos ayudar a mantener la energía en un punto óptimo por más tiempo con complementos naturales como el magnesio efervescente, que ayudan a reducir la fatiga y el cansancio, dos de las causas principales de que de manera progresiva vayamos descuidando nuestra higiene postural.
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