Es época de exámenes, o lo que es lo mismo, es hora de nervios y de dormir poco y mal. En esta época del año, los universitarios, se juegan gran parte del curso y los nervios están a flor de piel. Eso afecta a su descanso, ya que no organizan bien su tiempo para preparar los exámenes y deciden que es más importante estudiar que dormir.
Tienen la necesidad de sacar horas de donde no las hay y muchos se obligan a estudiar a horas intempestivas, cuando el cerebro ya no está preparado para carburar, sino todo lo contrario.
Dormir mal puede llegar a reducir el rendimiento académico hasta un 40%. Necesitamos dormir para hacer borrón y cuenta nueva, para liberar la información irrelevante que almacenamos a lo largo del día. Pero durante las épocas de exámenes, los estudiantes, se estresan y olvidan la importancia de descansar bien.
Es muy importante respetar las horas de sueño para que los conceptos aprendidos durante el estudio permanezcan mejor en la mente. De hecho, las partes del cerebro que se encargan del almacenamiento de información no funcionan correctamente cuando no dormimos lo suficiente.
El sueño es importante por varias razones; evitar el cansancio físico y mental… y para los estudiantes sobretodo, es muy importante porque una de sus funciones es limpiar la memoria a corto plazo para liberar espacio para aprender nueva información. Sin duda, un tema básico durante la época de exámenes.
Es recomendable estudiar por la mañana, alrededor del mediodía y entre las cuatro o las cinco de la tarde. En esos momentos es cuando el cerebro está en su punto más álgido, y por tanto, más preparado para recibir estímulos. En cambio, a medida que avanza el día, cuesta más asimilar conceptos y retener información.
Erróneamente, muchos estudiantes deciden estudiar por la noche, ya que tienen la falsa sensación de relax, sin ruidos y con todo el tiempo del mundo. Pero en realidad, sería mucho más efectivo irse a dormir a una hora razonable, descansar bien y tener más energías para afrontar el estudio durante la mañana.
Una práctica extendida entre los estudiantes es tomar estimulantes como bebidas energéticas o cafés para aguantar hasta horas intempestivas. Es muy difícil dormir bien si no se mantienen unas rutinas, un horario… todo eso sumado al estrés y a la presión de los exámenes.
Lo ideal es acostarse temprano y relajar la mente para afrontar un nuevo día con mejor predisposición. Así que, en época de exámenes, toca paciencia, organización, descansar bien… ¡y cruzar los dedos!
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