Las toallitas desmaquillantes, las del bebé, las toallitas húmedas para limpiar los sanitarios o las baldosas, sólo deben tirarse al cubo de la basura.
Aunque existen de distintos tipos de toallitas (de poliéster, de algodón o de celulosa) y en sus estuches puede leerse que son biodegradables, las toallitas húmedas no se degradan en el agua con la facilidad que lo hace el papel higiénico y no pueden tirarse al inodoro.
Si preguntamos a familiares y amigos, parece que todo el mundo las tira donde es debido: en la basura. Pero la realidad es tozuda y se encarga de recordarnos que alguien no dice la verdad.
No es la primera vez que se producen atascos en los desagües de los edificios o en el sistema de alcantarillado, que se colapsa por auténticas barreras de toallitas que obstruyen algunos conductos. Muchos servicios de gestión de aguas municipales advierten que son la causa principal de los daños en alcantarillas, colectores y depuradoras
Y si no ocurre nada de esto, el destino final de las toallitas puede ser los ríos o el mar, donde perduran durante un tiempo, pudiendo contaminar las aguas y provocando un impacto considerable en la fauna. Con demasiada frecuencia se encuentran toallitas en los estómagos de grandes peces, tortugas, gaviotas…
Si queremos hacer algo por la salud del medio ambiente, no estaría de más compartir este post y recordar, siempre que tengamos ocasión, cuál es el lugar ideal para tirar las toallitas. Y también a los niños, que a menudo piensan que el inodoro es un conducto mágico a través del cual las cosas desaparecen sin dejar rastro.
Y no es así: la Naturaleza se encarga siempre de devolvernos en forma de problemas (contaminación, enfermedades…) todo aquello que le disgusta.
¡No le demos ni un disgusto más!