Tenemos el invierno a la vuelta de la esquina, y hay que irse preparando para pasar los días de frío que nos esperan.
Pronto habrá que recuperar los jerséis, tener las mantas a mano, ver cómo están los abrigos, comprobar la calefacción, revisar el anticongelante del coche … ¡hay que pensar en todo! Y pensar en todo significa pensar también en las defensas.
Como no tenemos ninguna luz que nos indique el nivel de nuestras defensas, lo mejor es empezar a alimentarlas en otoño. Cuánto mejor preparados estemos, mejor sortearemos los resfriados.
¿Y cómo podemos nutrir las defensas?
Con una buena dieta que aporte cada día vitamina C que, como sabéis, se encuentra en frutas como la grosella, el kiwi, la uva, el caqui o palosanto, la fresa, la naranja…
Y en vegetales como el perejil, el brócoli, la col de Bruselas…
También es muy importante el zinc. El mineral que refuerza nuestros glóbulos blancos, y que está presente en algunos alimentos como las ostras, la carne de ternera, el hígado, el germen de trigo, los garbanzos… Y también el chocolate negro o las semillas de calabaza…
O sea, que para pasar un buen invierno nada mejor que una buena preparación: por fuera abrigo y bufanda, y por dentro, una dieta equilibrada en la que no falten ni vitaminas ni minerales. ¡A eso se le llama estar bien preparados!
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