Por muy habitual que sea, el dolor de garganta es de ese tipo de molestias que causan mucha incomodidad. Además, en numerosas ocasiones, es el primer síntoma que nos anuncia que estamos a las puertas de una gripe o de un resfriado.
El dolor aparece como consecuencia de una infección –vírica o bacteriana- que produce inflamación en la faringe o en las amígdalas.
Cuando es de origen vírico, muy común en gripes y resfriados, suele presentar un importante enrojecimiento de la zona. En cambio, si es una infección bacteriana, además de mucosa enrojecida, se caracteriza por la presencia de placas blancas de pus en la garganta.
Si el dolor de cuello no va acompañado de fiebre, es muy probable que sólo necesite un buen remedio para aliviarlo y que desaparezca en 2 o 3 días. Ahora bien, si vemos que no mejora, que aumenta la temperatura o que el dolor sube hasta el oído, lo mejor es acudir al médico para que realice una exploración adecuada y decida si es necesario o no el tratamiento farmacológico.
De entrada, remedios naturales
Antes de conocer la naturaleza del mal de garganta y de esperar a que vaya a más, las primeras soluciones se suelen buscar en los remedios tradicionales que resumimos aquí:
.Beber agua frecuentemente y bebidas calientes para mantener la zona hidratada
.Recurrir a la miel para endulzar ya que tiene propiedades demulcentes que actúan protegiendo la zona
.Hacer gargarismos con agua caliente, miel y limón, o con salvia y sal marina
.Recurrir a los humidificadores para evitar ambientes secos
.Chupar comprimidos de acción local elaborados, preferiblemente, con ingredientes de origen natural.
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