¿Has pensado alguna vez que (casi) todos vivimos en conexión permanente? Entre el ordenador, la tableta y el móvil, estamos pendientes de las pantallas muchísimas horas al día, 7 días a la semana, 52 semanas al año…
Según el último estudio anual de las plataformas Hootsuite y We Are Social, los españoles pasamos unas 5 horas al día conectados a internet, de las cuales casi la mitad, en redes sociales.
Y es así. Leemos la prensa en el móvil, entramos a Facebook, paramos para enviar un whatsapp, nos interrumpe la llegada de un mail que no podemos acabar de leer porque entra una llamada telefónica, vamos a LinkedIn porque hay una notificación; consultamos el tránsito, escribimos un par de tweets antes de abrir Instagram … ¡y así, día tras día!
De forma inconsciente, la necesidad de estar conectados se puede convertir en una adicción que, en vez de estar a nuestro servicio, nos crea una dependencia psicológica que podríamos definir como “intoxicación digital”.
Esto es tan cierto que ya existen hoteles y retiros para adultos que ofrecen estancias con “desconexión total”, es decir, sin acceso a wifi ni cobertura de telefonía móvil.
Según los expertos, la conexión permanente provoca, sin darnos cuenta, una sobrecarga mental que afecta la conducta y la relación con los demás. Los psicólogos llevan años advirtiendo que las personas sobreexpuestas se van haciendo menos sociables y más irritables.
¿Cómo dar el paso?
Empezando por 1 día de desconexión a la semana y aprovechándolo para evadirse y disfrutar de forma consciente de todo lo que nos rodea. Llamadas sí, pero nada de entrar en las aplicaciones.
-Reflexionar sobre la utilidad de las redes sociales y sobre el poder de los “likes” nos ayudará a ver las cosas desde otra perspectiva. No está mal recordar que el valor de las persona no se mide en seguidores o en “likes”.
-Reducir la dependencia a las pantallas también es bueno para descansar la vista; ahora se está estudiando si la “luz azul” de las pantallas de móviles y tabletas puede provocar degeneración macular con los años.
Y quien piense que no tiene dependencia, que pruebe a hacer la desconexión de 1 día ¡Seguro que habrá más de una sorpresa!