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Desmontando mitos sobre el sueño

Gozar de un descanso adecuado es garantía de salud, y dormir bien es la clave para lograrlo. Ahora bien, es importante tener las cosas claras y no creerse todo lo que la “sabiduría popular” se ha encargado de transmitir. Existen muchas falsas creencias en relación al sueño que conviene desmontar.

Estos son algunos falsos mitos sobre el sueño:


  1. Las horas de sueño se pueden recuperar. El sueño perdido no se recupera. Al igual que pasa con las horas de sol, que se acumulan en el cuerpo, nuestro organismo tiene memoria para la falta de sueño. Es cierto que una siesta puede ayudar a disminuir el cansancio de ese día, pero cuando hay una falta de sueño prolongada, la salud lo acaba acusando. Las personas que duermen poco de forma constante tienen más riesgo de hipertensión (tensión arterial elevada), obesidad y otros problemas físicos y del ánimo, además de reducir su productividad.


  2. Las personas mayores necesitan dormir menos horas. El número de horas de sueño aconsejadas para cualquier adulto está entre siete y nueve, también para las personas de mayor edad. No es cierto que necesiten dormir menos, pero sí es habitual que duerman menos horas por la noche y compensen esa falta de sueño nocturno con varias siestas diurnas. En todo caso, si el sueño es muy escaso, habría que intentar descubrir si hay otros problemas como vejiga hiperactiva, insomnio, síndrome de piernas inquietas… que les dificulten el descanso.


  3. La somnolencia diurna indica que hay que dormir más. La somnolencia diurna no indica que hay que dormir más, pero sí indica que hay que dormir mejor. Cuando una persona tiene sueño durante el día y ha tenido un periodo de sueño nocturno de entre siete y nueve horas, puede sufrir un problema. El más habitual es la apnea del sueño, por la que hay pausas respiratorias que interrumpen el sueño y dificultan el descanso. La apnea puede presentarse en niños, ancianos o adultos y debe ser tratada.


  4. Roncar es algo habitual y sin importancia. Roncar es habitual, pero sí puede tener importancia. Los ronquidos pueden ser síntoma de tener apnea del sueño. Una apnea sin tratamiento puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, por lo que hay que hacer un estudio del sueño para determinar si los ronquidos son producto de esta condición.


  5. Hacer deporte induce al sueño. Es cierto que el deporte es muy beneficioso para la salud, pero hacer ejercicio físico intenso justo antes de dormir puede interferir en el sueño. Se aconseja dejar pasar como mínimo dos horas.


  6. Beber alcohol produce sueño. El alcohol puede producir una falsa sensación de somnolencia inmediata. Pero la realidad es que beber alcohol antes de dormir dificulta la fase de sueño profundo y puede empeorar los síntomas de la apnea.

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