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Meriendas sanas para adultos: Merienda bien y cenarás mejor

La merienda no debería ser solo cosa de niños. Si lo recomendable es hacer tres comidas principales y dos tentempiés, ¿Por qué hay tantos adultos que se olvidan de la merienda?

El problema básico de no merendar para los adultos es que entre la comida y la cena pasan demasiadas horas que pueden bajar nuestro nivel glucémico. Es importante tomar algo ligero entre medias para contar con reservas suficientes de energía y, para que cuando se presente el hambre, no nos abalancemos sobre cualquier producto hipercalórico y poco adecuado que pueda estropear hasta la mejor de las dietas.

Llegar con demasiado apetito a la cena conlleva los peligros de sucumbir a un picoteo desordenado antes de sentarse a la mesa y de comer más de lo deseable, con el consiguiente riesgo de digestiones pesadas y una peor calidad del sueño nocturno.

Como en España habitualmente la cena suele servirse más tarde de las ocho de la noche, deberíamos aprender a programar el tentempié de media tarde. Si no, es muy probable que un poco antes de cenar, el hambre haga de las suyas y nos empuje a comer sin orden y más de lo que conviene.

Al igual que sucede en las meriendas infantiles, hay que procurar que el tentempié de los adultos sea también saludable y/o ligero, en caso de que se tenga intención de controlar las calorías. Y lo cierto es que hay muchas opciones que no pasan ni por la bollería industrial ni por el bocadillo que tomábamos cuando eramos niños.

Tomad nota de estas propuestas de meriendas sanas para adultos: saludables, ricas y saciantes que nos van a ayudar a pasar las horas de la tarde sin sensación de hambre y con más energía.

  1. Yogur con frutos secos o con frutos rojos. El yogur (mucho mejor si es natural y con poco azúcar) es una excelente fuente de proteínas que, además, se digiere muy bien. Se puede acompañar de frutos secos como almendras o nueces, de frutos rojos o de cualquier tipo de fruta de temporada cortada en dados. Si quieres probar sabores nuevos, atrévete con el kéfir, otro lácteo fermentado, como el yogur, y que aporta muchos beneficios a tu salud.

  2. Fruta con canela. Prepara un plato de fruta cortada y endúlzala con canela en polvo o con chocolate negro rallado (más del 70% de cacao). Es una propuesta deliciosa y muy equilibrada. Si te quedas con hambre, complétalo con un puñado (no más de 20 gramos) de frutos secos.

  3. Fruta con (o sin) crema de cacahuete. Si te va el dulce pero vigilas tu silueta, elige una pieza de fruta (manzana, plátano, pera…) y disfrútala al máximo junto a una infusión de té verde. También puedes añadir a la fruta un poco de crema de cacahuete natural 100%

  4. Tostadas de pan integral. El pan integral es un carbohidrato de absorción lenta, ideal para aguantar hasta la cena. Combínalo con aguacate, pavo, queso bajo en grasa, tomate con orégano… Las combinaciones son inagotables.

  5. Las tortitas de arroz o de cereales también son una opción recomendable pues aportan nutrientes y pocas calorías. Se pueden combinar con dulce (plátano, crema natural de cacahuete…) o con una loncha de queso, de embutido de pavo o de jamón serrano.

La idea, como decíamos al principio, es interrumpir las horas que van desde la comida hasta la cena con un plus adecuado de energía que nos evitará, además, llegar a cenar con demasiado apetito. Y tú ¿sueles merendar?

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