Cuando una mujer experimenta falta de deseo sexual y éste puede estar relacionado con la llegada de la menopausia, existen dos opciones: resignarse o actuar en positivo, buscando soluciones que le permitan mantener relaciones satisfactorias durante mucho más tiempo.
Es cierto que en esta etapa se reduce la producción de estrógenos y que el deseo puede disminuir, pero el sexo es algo más que química y es demasiado importante en la vida de las personas como para dejarlo perder: es comunicación, es afecto y es compartir placer. Así que…. ¡seamos positivas!
Las circunstancias que rodean a la mujer madura, en general, suelen ser favorables cuando se buscan nuevos enfoques de la sexualidad. Está en un momento de su vida en el que el nivel de autoconfianza suele ser alto y también suele tener muy claro lo que quiere. Además, las que fueron madres, ahora disponen de mucho más tiempo para afrontar el problema y abordarlo desde todos los frentes.
Factores como la percepción de la salud y la actitud ante el envejecimiento son claves, de ahí que sea aconsejable trabajar la aceptación de los cambios físicos, preocuparse por la salud (física y mental) y cuidarse a todos los niveles.
Los expertos también aconsejan dedicar más tiempo de interacción erótica con la pareja, y a aprender a pensar y a disfrutar del sexo de otra manera distinta a como se hacía a los 20 años.
En otro orden de cosas, la fitoterapia también es un ámbito para explorar pues puede contribuir a que la mujer madura viva mejor su sexualidad en esta etapa de la vida.
Raíces de plantas como la maca andina (Lepidium Meyenii Walp) o la rodiola (Rodiola rosea L.) juegan en ese sentido un papel destacado en la medicina natural y cada vez más especialistas recomiendan preparados que las incluyen.
La maca andina, puede ser útil para aliviar algunos síntomas de la menopausia y para ayudar en las relaciones pues tiene atributos afrodisíacos. Sus principios actúan directamente en el flujo sanguíneo contribuyendo a una acción vigorizante de la zona pélvica.
La raíz de la Rodiola por su parte, se utiliza tradicionalmente para la fatiga y debilidad; pues tiene reconocidas propiedades sobre el estrés físico y emocional que permite a la mujer estar más receptiva a las relaciones.